Archivo histórico para la Categoría ‘turismo’
martes 14 octubre 2014
Slavutych en Otoño.
viernes 18 enero 2013
Duras restricciones en Pripyat.
Me comentan desde Kiev que las ocasionales visitas a Pripyat tienen ya completamente prohibida la entrada a todos los edificios de la maltrecha ciudad. Es, evidentemente, una cuestión de seguridad que nada tiene que ver con las mediciones radiactivas sino con el pésimo estado de los edificios abandonados hace más de 25 años. Es, en todo caso, una buena noticia. Esperemos que el irresponsable saqueo a la que viene siendo sometida llegue a su fin y sea, para siempre, el gigantesco monumento de homenaje a todas las familias que tuvieron que marcharse de sus hogares para no volver jamás.
jueves 15 noviembre 2012
Hashima
Hace unos días un compañero de trabajo me enviaba un enlace de YouTube sobre la isla japonesa de Hashima. Imagino que ese vídeo le habrá recordado a la ciudad de Prypiat de la que tanto os he hablado por aquí. Tienen poco que ver en realidad pero visualmente pueden paracer similares.
Yo conozco bastante bien la historia de la isla. Los que me conocéis sabéis mi obsesión por visitar lugares abandonados pero viajar allí tiene algunos inconvenientes que hacen que uno prefiera quedarse en casa o visitar otros lugares más interesantes. No es que aquel no lo sea, que lo es y mucho, pero hoy en día sólo se puede visitar una parte muy pequeña de la isla (y la menos interesante) y, además, si las condiciones meteorológicas no son idóneas es imposible desembarcar. Con lo cual es fácil hacer el viaje en balde. Pensé muy en serio preparar un viaje a Japón a raiz del accidente de Fukushima y así aprovechar para visitar también la isla de Hashima pero, sin tener muy claro si me podía mover por allí con cierta libertad y con la cantidad enorme de dinero que supone el viaje…sigo esperando la ocasión.
El vídeo está muy bien. Pero no os engañéis. Casi ningún lugar de los que aparecen ahí se pueden visitar a día de hoy. La mayoría de edificios pueden derrumbarse en cualquier momento y las autoridades de Nagasaki no quieren accidentes. En todo caso, sigo buscando algún contacto por allí que me facilite las cosas. A ver si hay suerte…
domingo 28 octubre 2012
El viaje
Es bastante habitual que algunas personas que pretenden viajar a Chernóbyl contacten conmigo para pedirme consejo o información. Dependiendo de las intenciones de cada cual yo intento ayudar en lo que puedo. Intento también ser realista a la hora de informar a la gente sobre la manera de hacer las cosas antes y durante el viaje. Todo ello basado únicamente en mi humilde experiencia. No es este un viaje “corriente” y aquí más que nunca hay que tener atados y bien atados algunos conceptos.
Lo primero que trato de hacer en todos los casos es intentar convencer a mi interlocutor para que desista de su idea argumentando los conocidos problemas de seguridad, corrupción, etc que hay en la zona. Cuando uno está en la zona de exclusión casi siempre depende de terceras personas. Uno está allí completamente desamparado y su integridad depende de un guía al que, en la mayoría de las ocasiones, sólo le interesa salir de allí lo antes posible y cobrar su dinero a mayor o igual velocidad. En mis cinco viajes a la zona he tenido tres guías distintos. El mejor, sin duda, ha sido Yuri Tatarchuk. Probablemente la persona en el mundo que mejor conoce la zona de exclusión y los entresijos necesarios para poder moverse por allí con cierta independencia. Yo ya había oído hablar de él antes de mi primer viaje pero por aquel entonces creía imposible que algún día fuera a ser mi compañero de aventuras. Todo un lujo sin duda.
Pero las emociones más fuertes no las he encontrado en Prypiat ni en la propia central accidentada. Fue el contacto con las personas que vivieron la tragedia lo que de verdad me marcó. En Kiev, en Slavutich, etc. Ahí conocí a los verdaderos protagonistas de mi historia y por ellos partí desde Coruña hasta Kiev en un penoso viaje en tren. Lo fácil sería irme en avión y, tras pagar una suma indecente de dinero, contratar a un guía para que me diese una vuelta por Prypiat y allí hacerme las fotos de rigor para presumir de “viajero extremo” con mis amigos de Facebook. Pero yo sabía que si iba allí era por ellos. Por eso mi peregrinaje en tren. Por eso volví cuatro veces más.
Así que si queréis ir allí con ese mismo espíritu, me tenéis a vuestra disposición. Si vais buscando otras cosas o, simplemente no sabéis ni a lo que vais, yo no soy vuestro hombre. Espero sepáis disculparme.
miércoles 03 octubre 2012
Gracias por no ir
Durante la última semana mucha gente me preguntó mi opinión sobre la película “Atrapados en Chernobil”. Me había informado un poco sobre ella en los días previos al estreno en España y decidí no ir a verla. Desde luego tenía una pinta horrible. Tras un par de llamadas de una radio preguntándome por la dichosa película no tuve más remedio que ir a verla. Y en una sala de cine para mí solo tuve una de las peores experiencias cinematográficas de mi vida. La película va de unos jóvenes de viaje por Europa que deciden ir a visitar Prypiat. Tras la negativa de los vigilantes de la zona a dejarlos pasar deciden entrar de todas formas por una entrada “secreta”. A partir de ese momento empiezan a suceder extraños acontecimientos que pretenden ser terroríficos para el espectador. El film es un engendro sin pies ni cabeza. El guión es deplorable, los actores infumables y el aspecto técnico penoso. Evidentemente la película NO está rodada en Prypiat y el esfuerzo por recrear la ciudad tanto en localizaciones alternativas como el trabajo de ordenador simulando la zona es malo…malo. Casi nada se parece a la realidad aunque tengo que reconocer que las calles y edificios son los más logrados.
Mención aparte merece el asunto de fondo. Es decir. Que en Chernóbyl (así se escribe) hay hordas de mutantes radiactivos que secuestran a los visitantes con fines aviesos, que en los edificios habitan osos rabiosos y que perros salvajes esperan babeantes a hincarle el diente al despistado forastero.
Los que me seguís por aquí o habéis escuchado alguna de mis charlas sabéis que lo único que hay por allá es gente que 26 años después del desastre intenta seguir adelante. Miles de personas trabajan a diario en la zona de exclusión para que aquella pesadilla cada vez tenga menos secuelas. Películas como esta poco ayudan a que el accidente de Chernóbyl y sus consecuencias sean comprendidos.
Lo único que me consuela es que estaba solo en la sala viendo la película. No se acercó ni un alma a verla. En nombre de todos los que están jodidos por allá os doy las gracias. Por no ir.
Os dejo el trailer de la película aquí